Intuitu personæ

Si bien el intuitu personæ evoca principalmente los elementos que individualizan oficialmente a una persona (como ser apellidos y nombres propios, edad, domicilio, documento, etc.), una segunda definición enuncia que la identidad también es el conjunto de las características físicas y morales que caracterizan a un ser preciso, y hacen de él mismo una persona única.

Pero hay otra manera de considerar al intuitu personæ, y es tener en cuenta que así se marca una confianza particular recíproca entre los contratantes.

Pero también se elige o cuenta la otra parte, en consideración que la misma puede generar las condiciones para hacer nacer en el otro la confianza.

Así, la confianza por ejemplo en el desempeño y la lealtad, depende de numerosos elementos, entre los cuales algunos podrían ser medidos técnicamente.

La lealtad, algo que particularmente en los últimos años ha sido puesto en valor, sin duda es una faceta de la confianza.

En resumen e insistiendo, hay contratos en los cuales una persona hace confianza a la otra parte de una manera especial, y destacando que la consideración de la persona es un elemento esencial del contrato.