[1][2] El asesor mauritano de Compaore, Moustapha Ould Limam Chafi, y el general Gilbert Diendéré se pusieron en contacto con varios líderes islamistas para liberar a los rehenes de estos grupos.[2].
Sin embargo, para noviembre del 2014, Compaoré fue derrocado, provocando un escenario de crisis e inestabilidad política.
El 9 de octubre, tres gendarmes, un rebelde y un civil fueron asesinados durante una batalla en Samorougan, Hauts-Bassins.
Dos días después, la terrorista saharaui Adnane Abou Walid Al-Sahraoui aceptó la responsabilidad del ataque.
Durante el último ataque, las fuerzas de seguridad lograron disparar contra un asaltante.
El 28 de enero, cuatro soldados burkineses murieron y otros cinco resultaron heridos en Nassoumbou.
Human Rights Watch alegó que los militares habían llevado a cabo varias ejecuciones en el proceso.
El líder de la junta, Paul-Henri Sandaogo Damiba, es bien conocido por sus operaciones militares ampliamente populares contra los islamistas.
A raíz del golpe han surgido denuncias de que el Movimiento Patriótico de Salvaguardia y Restauración podría contratar mercenarios del Grupo Wagner en el futuro.
Damiba había llamado anteriormente para contratar mercenarios rusos contra los islamistas, pero Kabore le prohibió hacerlo.
El 12 de febrero, las fuerzas francesas tomaron represalias lanzando un gran ataque aéreo contra un campamento islamista en Burkina Faso, matando a cuarenta rebeldes.
Al parecer, los atacantes se dirigieron a hombres y unas 3.000 personas abandonaron sus hogares.
El ataque también dejó 28 heridos, entre ellos 20 militares, 1 Voluntario para la Defensa de la Patria (VDP) y 7 civiles.
Se escucharon disparos en Uagadugú, la capital de Burkina Faso, y los helicópteros sobrevolaban en círculos.
El 2 de octubre, líderes religiosos y comunitarios anunciaron que Damiba había accedido a renunciar a su cargo luego de haber mediado entre él y Traore.
Los islamistas también han atacado las escuelas, el ejemplo más famoso ocurrió el 12 de noviembre de 2018, cuando seis islamistas irrumpieron en una escuela primaria, asaltaron al director y atacaron a varios estudiantes.
Los rebeldes han justificado los ataques a las escuelas pintándolos como programas de adoctrinamiento al estilo francés y occidental.