La inmigración estadounidense en Brasil tuvo su auge a mediados del siglo XIX, y en la actualidad su diáspora y descendencia corresponde a la población brasileña que es total, parcial o predominantemente de ascendencia estadounidense, o un inmigrante reciente nacido en Estados Unidos viviendo en Brasil.
Datos de la embajada estadounidense en Brasil cifra a sus descendientes en 260.000 personas.
[3] Los motivos iniciales para la migración confederada a Brasil tuvieron que ver con la posibilidad de mantener un estilo de vida similar al llevado por estos en los estados sureños de su país natal, manteniendo la vocación agrícola basada en el algodón, y con un modelo todavía favorable al esclavismo en la producción, así como a las políticas pro recepción de inmigrantes por parte de Brasil, justamente en una época donde la mano de obra esclava venía en declive en el país sudamericano.
[4] Sus principales asentamientos fueron los siguientes: Americana, Campinas, São Paulo, Santa Bárbara del Oeste, Juquiá, Nueva Texas, Eldorado, Río de Janeiro, Río Doce, y Río Assungui en Paraná, ubicados fundamentalmente en el sur y sureste de Brasil,[4] aunque algunos otros lugares del país también recibieron inmigrantes: hubo una colonia asentada en Santarém, al norte del río Amazonas, y los estados de Bahía y Pernambuco en el noreste también recibieron un número significativo de inmigrantes confederados.
Los descendientes de los confederados también celebran un festival anual en Santa Bárbara del Oeste, llamado Festa Confederada, que se dedica a financiar el Cemitério dos Americanos, lugar de encuentro de la colectividad con los primeros colonos.