En cuartos debieron cruzarse a los Wallabies, repitiendo el duelo que los eliminó del mundial anterior.
Los australianos alinearon a Will Genia, David Pocock, Adam Ashley-Cooper y el capitán Michael Hooper, pero la Rosa logró vengarse de su verdugo y ganó anotándole 40 puntos.
Inglaterra asombró al mundo con un excelente análisis del rival, una dura presión ofensiva y una fortísima defensa, venció 19–7.
La Rosa era favorita por su nivel muy alto, con el que pudo obtener la victoria ante las otras dos superpotencias y la ilusión era muy fuerte en el Reino Unido, marcando récords de audiencia televisiva.
Pero los africanos lograron jugar más distendidos e inspirados, marcando un try y quebrando la resistencia inglesa; para alzar su tercera copa Webb Ellis.