El informe Taylor es un paquete de medidas y recomendaciones elaborado a partir de una investigación, ordenada por el Gobierno del Reino Unido, que sirvió para reducir el vandalismo y aumentar la seguridad en los estadios británicos.
El documento fue publicado en 1990 y lleva el nombre de su supervisor, Lord Taylor of Gosforth.
[1][2] La mayoría de clubes subieron las entradas para acometer las reformas, y llegaron a necesitar préstamos adicionales otorgados por el Estado.
[1] Sin embargo, algunos equipos ya habían comenzado a reformar sus estadios antes de la introducción de la norma, como la construcción del estadio McDiarmid Park por parte del escocés St.
[3] La normativa afectó especialmente a Inglaterra y Escocia, las dos ligas más importantes del fútbol británico, mientras que en Irlanda del Norte varios campos mantienen localidades de pie.