Informe Robbins

De 197.000 alumnos universitarios nuevos en el curso 1967-68, se pasó a 217.000 en el año académico 1973-74, es decir, un 10% de aumento, "la mayor ampliación" habida hasta el momento.

El informe también concluía que los puestos universitarios no podrían ser reservados para una élite, sino que "tendrían que estar disponibles para todo aquel en que concurrieran capacidad y logro" (el llamado principio Robbins) y que tales instituciones tendrían que tener cuatro objetivos principales y/o esenciales a cualquier sistema equilibrado: instrucción en habilidades; promoción de los poderes generales de la mente con el objeto de producir no meros especialistas, sino hombres y mujeres cultivados; búsqueda del equilibrio entre la investigación y la enseñanza, es decir, la enseñanza no tendría que estar separada de la búsqueda de la verdad; y, por último, la transmisión de una cultura común, con estándares comunes para la ciudadanía.

"[2]​ Uno de los puntos más interesantes del Informe citado recoge como un objetivo para la educación de un graduado universitario la idea de que "en la Universidad no existen autoridades definitivas, no hay ninguna ortodoxia  que el alumno tenga que suscribir.

"[3]​ En el capítulo X se recomienda la creación del Council for National Academics Awards, es decir, un Consejo Nacional de Premios Universitarios.

Como nota al margen, el experto que asesoró al Comité en Investigación y colaboró a la redacción del Informe, Richard Layard, se convirtió en un famoso economista británico.

Lionel Robbins, c. 1970.