Paralelamente, los italianos, instalados en territorio somalí, organizaron incesantes incursiones en el territorio etíope, donde finalmente se establecieron durante ese periodo, expulsando a tropas imperiales etíopes.
[2] Sin embargo, los italianos se negaban a fijar concretamente la frontera con su vecino para mantener su presencia militar en la zona.
[1][4] El caso fue presentado por Haile Selassie ante la Sociedad de Naciones que en esta crisis diplomática mostró sus límites.
Durante el periodo de discusión, las dos partes se prepararon militarmente para la guerra.
[5] Para Harold Marcus, la guerra pareció inevitable desde el principio de la crisis, puesto que Benito Mussolini ya había tomado una decisión clara en pro de la guerra con fines expansionistas.