El decorado estaba formado por un telón que representa la ciudad de Sevilla y frente a él una pequeña embarcación con faroles de iluminación eléctrica.
La estampida se había iniciado antes desde los palcos, por lo que el tapón humano se formó irremisiblemente al intentar salir los espectadores del patio de butacas.
El elenco de actores sobrevivió al completo.
Madrid volvió a ser el gran mentidero de la Corte.
Aunque los médicos forenses desmintieron estas teorías, la tristeza ya se había apoderado de la ciudad y el eco de la magnitud del incendio traspasaba las fronteras de nuestro país.