Impuesto de solidaridad a la fortuna

En 2013, 312 046 hogares franceses pagaron el ISF, lo que generó al Estado unos 4,39 mil millones de euros.

El ISF es frecuentemente considerado como una «excepción francesa», ya que dicho impuesto no existe en otros países.

[cita requerida] Además se le considera un «impuesto ideológico», y por ende criticado por razones morales, fiscales o económicas.

Los defensores explican que el ISF permite una redistribución de las riquezas y contribuye a una equidad social.

[5]​ Dicha supresión causa muchas críticas ya que se considera un regalo fiscal a las clases ricas.