[1] Kenneth Craik y Vivian O'Brien habían hecho observaciones anteriores en el mismo sentido.
Como resultado, toda la mitad izquierda del rectángulo parece más clara que la mitad derecha, pero en realidad el brillo de ambas áreas es exactamente el mismo.
Esto se puede ver oscureciendo la región que contiene el borde.
Una versión mucho más convincente y dramática del efecto se puede ver en el artículo de Purves, Lotto y Nundy, [4] donde se presenta dentro de una imagen casi realista de objetos sólidos e iluminados;[5] y dan una explicación de ésta y otras ilusiones, en las que se postula que el sistema visual y el cerebro generan percepciones sobre una base empírica que se parece mucho a un reflejo.
Según explican, «... [la percepción] no se ajusta a las características del estímulo retiniano o las propiedades de los objetos subyacentes, sino con lo que los mismos estímulos o similares han significado en el pasado».