Los dispositivos que utilizan la Iluminación de estado sólido pueden conseguir luz con un menor calentamiento y una mayor eficiencia energética.
Los LED son considerados un tipo de iluminación en estado sólido (SSL, Solid State Lighting) así como los OLED (Organic Light Emitting Diodes) y los PLED (Polymer Light Emitting Diodes).
El término «estado sólido» se refiere comúnmente a la luz emitida por electro luminiscencia de estado sólido, a diferencia de bombillas incandescente (que utilizan la radiación térmica) o tubos fluorescentes.
El diodo y su correspondiente circuito eléctrico se encapsulan en una carcasa-base, de resina epoxi o cerámica según las diferentes tecnologías.
Al conectarlos a red, necesitamos equipos auxiliares para obtener la corriente de servicio correcta.
[2] El funcionamiento del led es aparentemente muy simple, pero esta corriente que produce choques de electrones también libera energía en forma de calor, mayor cuanto mayor sea la corriente, y este deberá ser disipado porque es el principal enemigo del funcionamiento óptimo, y puede acortar la vida útil del diodo LED.
[2] La temperatura de color se mide en kelvin (K) y se refiere al nivel de calor necesario para hacer que un supuesto «cuerpo negro» aparezca en el mismo color.
Pero si este pedazo de metal se calienta a 4100 K, produciría entonces una luz más blanca.
Normalmente, se general la luz blanca a partir del LED de color azul, o incluso ultravioleta, a los que se añaden una serie de fósforos (materiales inorgánicos sólidos que muestran luminiscencia gracias a los llamados activadores) en el encapsulado que absorben la radiación ultravioleta y emiten luz blanca en frecuencias visibles, en un proceso muy similar al que se produce en las lámparas de fluorescencia.
[2] Ya se han instalado satisfactoriamente aplicaciones de iluminación en sectores residenciales, comerciales e industriales en todo el mundo.