Ildefonso Sansierra
Fue consagrado obispo el 13 de mayo de ese año por Raffaele Forni, nuncio apostólico en la República Oriental del Uruguay.[5] Se opuso públicamente a la divulgación de la Biblia Latinoamericana, a la que acusaba de facilitar la infiltración marxista.[6] Por su iniciativa se fundó una casa de retiros espirituales para mujeres, la Casa de Betania, en El Marquesado, que puso a cargo de sus dos hermanas, ambas monjas franciscanas misioneras.[7] Durante la última dictadura se negó a colaborar con la búsqueda de presos políticos y detenidos,[8] y hasta bromeó sobre el tema.[9] Falleció en San Juan en mayo de 1980.