El lugar fue concebido para que su topografía correspondiera a una representación simbólica de Tierra Santa.
Cuatro de las iglesias son exentas; las demás están unidas a la roca madre, bien por alguna pared o bien por el techo.
Alberga la Cruz de Lalibela, y posiblemente es la mayor iglesia monolítica del mundo.
Sin embargo, investigaciones sobre el mismo terreno, sugieren que su construcción alcanzó probablemente un periodo mucho más largo de tiempo.
[2] También concluye que al menos siete de las iglesias fueron construidas como lugares de culto entre los siglos X y XIII, demostrando una continuidad entre la civilización Aksum, que adoptó el cristianismo en el siglo IV, y la Etiopía medieval.