Actualmente están formalmente aprobados y protegidos por el estado Griego.En el año 1924, los obispos de la Iglesia ortodoxa de Grecia, con el Arzobispo Chrysostomos (Papadopoulos) a su cabeza, implementaron el uso del calendario gregoriano, cambio que ya había sido discutido en un "Congreso Pan-Ortodoxo" de 1923.El movimiento "Vetero Calendarista" surgió para oponerse a la adopción del que por entes religiosos sería conocido como "Calendario Juliano revisado".El movimiento fue sostenido y animado por monjes Athonitas que apoyaban el rechazo al cambio de calendario, cientos de parroquias y su clero se negaron a reconocer el nuevo calendario, así como docenas de monasterios en toda Grecia.Grupos de laicos y hermandades se formaron para mantener el uso del calendario juliano, pese a la persecución que se hizo presente.