Su espacio interior estuvo dividido en cuatro crujías separadas por tres arcos perpiaños apuntados, propios del gótico primario o románico terciario.
Estas capillas se encontraban recubiertas de pinturas murales del gótico lineal[2] que han aparecido en restauraciones recientes.
El primer campanario desapareció, erigiéndose uno nuevo contiguo pero independiente y separado de ella.
La cubierta del edificio se cubre con la doble teja en zig-zag propia de las construcciones aragonesas.
[5] Destaca la cruz procesional gótica[6] y algunas tallas del imaginero valenciano José Esteve Bonet.