Iglesia de Todos Santos (Cuenca)

Cuando empezaron las ocupaciones españolas en Cuenca se celebraron las primeras misas católicas en la ciudad en este mismo templo.Se logró construir el complejo de Todos Santos incluyendo el templo, la escuela y el convento y se financió en su mayoría con las herencias que recibieron las hermanas Urigüen e Iñiguez, más las mingas, el trabajo colectivo de quienes vivían en el barrio y las limosnas de los fieles.En el interior del templo se puede apreciar una bella pintura mural en columnas, muros y el altar mayor.El cielo raso está elaborado de latón, y fue traído por Matovelle desde Francia.[1]​ Estas dos últimas figuras actualmente permanecen en la reserva del convento.