El obispo de Guadix fray José Laínez, agustino exclaustrado, lo renueva construyendo esta iglesia y otras partes del convento.
Durante la Guerra Civil, la iglesia dedicada a san Agustín, estaba administrada por el Ayuntamiento y la UGT, y sirvió como almacén general de víveres.
Sufrió un gran deterioro, y el derrumbe de la cúpula central.
Por orden del obispo de Guadix en 1949 fue restaurada, siendo su planta transformada.
[1][2] Presenta una sola nave principal rectangular con bóveda de cañón sobre arcos fajones y lunetos que iluminan todo el espacio.