Se encuentra en la parte superior del cerro en el que se sitúa el pueblo, en el llamado barrio del Tozal, formando un conjunto con el crucero y el esconjuradero.
Aunque según la tradición popular la iglesia perteneció a los templarios en el siglo XIII, lo único que se sabe con certeza es que en este siglo la parroquia, calificada de rectoría en la documentación, correspondía al arcedianato de Sobrarbe, dignidad catedralicia de Huesca.
La pila bautismal puede datarse también a finales de este siglo.
Recientemente, entre los años 2006 y 2010 se han llevado a cabo distintas fases de restauración.
Destaca también en el exterior el ábside, que posee pilastras que ascienden hasta el alero, recordando la decoración lombarda y emparentándose con la iglesia de Tierrantona.