Se cree que este edificio sustituyó uno de origen románico que según Juli Soler y Santaló: Iglesia de una sola nave con ábside cuadrado y campanario adosado.
La cara norte está embebida por la plaza del pueblo; la cara sur presenta una portalada de estilo neoclásico donde se conserva la dovela donde se indica el año de construcción (a.1709) y por encima de ella una piedra con simbología de San Pedro.
Según José Sarraté Forga se trata de dos mujeres y un hombre, y la forma de arcos de herradura remite a las estrellas propias del alto Imperio romano, en este caso de ejecución autóctona.
También hay otra piedra con símbolos paleocristianos.
[1] En la fachada de mediodía hay una losa con inscripciones grabadas representando una decoración geométrica; el conjunto representa un zigzag que recorre de largo a largo la losa; entre los espacios vacíos hay representados en la parte superior círculos (casi todos con un puntito en medio) y a la parte inferior rayas cruzadas.