Originariamente, es decir, en la primera mitad del siglo XII esta iglesia estuvo formada por una nave, presbiterio y ábside semicircular.Posteriormente, pero dentro del mismo siglo XII, se le adosó a su fachada sur una galería porticada de nueve arcos, de los que, en sucesivas reformas, se han perdido los dos del extremo occidental, a la vez que se ha acortado la longitud de la nave en la misma medida.A pesar de las reconstrucciones, se conservan los primitivos canecillos del alero del ábside que exhiben diversas figuras: un hombre labrando la tierra, otro tocando una trompeta, algún animal cuadrúpedo, caras de dragones, etc.Son destacables también los canecillos figurativos que soportan el alero trenzado de la galería.En el cuarto también se repite la misma escena en los cuatro lados: dos grifos, esos animales fabulosos medio águilas medio leones, afrontados por los cuartos traseros y con las alas desplegadas, en cuyos cuellos se enredan unos tallos floridos.