La nave central, de estilo románico, es la más antigua.
La construcción se inició a finales del siglo XII mediante los escultores y artesanos que trabajaban con Pere de Coma, maestro de La Seu Vella.
Las capillas laterales y el campanario octogonal - del siglo XV - son de estilo gótico.
El edificio conserva cuatro importantes retablo góticos, el más grande dedicado a San Lorenzo, el de Santa Ursula (atribuido a Jaume Cascalls), el de San Pedro y el de Santa Lucía.
La iglesia, sede catedralicia en dos ocasiones, contiene diferentes piezas de arte pertenecientes al Museo Diocesano de Lérida.