El mal estado amenazaba con derumbarla, por lo que un vecino adinerado, el señor Juan Bautista de San Martín, ofreció a la Curia construir un templo nuevo.
Se conserva aún la capilla privada desde donde las Clarisas Capuchinas escuchaban misa.
En la fachada, se destaca el gran arco central con rosetón y vitrales, coronado por un frontis con pequeños arcos pensiles.
También, bajo el coro se halla una cripta que contiene las tumbas de doscientos setenta monjas Clarisas Capuchinas.
En ese histórico patio fueron sepultados los combatientes que sucumbieron en las jornadas de la Reconquista.
Una anciana esclava morena, antes de entregarse al sueño, solía rezar todas las noches ante la imagen y se lamentaba del abandono en que los dueños de casa dejaban a su Dios.
", le decía una noche, "si yo tuviera posibles, no estarías tan abandonado".
En el acto oye una voz que, dirigiéndose hacia ella, parecía salir de los labios entreabiertos del Nazareno.
Atemorizada la pobre morena nada contesta al Señor, ni habla del acontecimiento a sus amos.
La morena cumplió con el divino mensaje y murió a los ocho días.