La iglesia se fundó a finales del siglo XIII en la cercana Corrada de Río Mera siendo trasladada posteriormente al emplazamiento actual debido a una catástrofe natural desconocida.
Sus donantes fueron las familias Quirós y Solís,[1] cuyos escudos aparecen en el templo.
Los materiales son pobres por lo que la iglesia está revocada y no presenta piezas de sillería.
En el ábside se pueden observar pinturas en mal estado de conservación ya que estuvieron tapadas con cal durante muchos años.
En la sacristía se en encuentran los restos tapiados de una antigua puerta.