En su libro Vida y ascendencia de don Diego de Torres decía literalmente:Durante la ocupación francesa, la torre volvió a recobrar su función defensiva (1809-1812), los invasores llegaron a bombardear la iglesia.
En la torre se colocaron vigías y el edificio fue convertido en cuartel de una escuadra del ejército francés.
A la retirada de las tropas, hubo que reforzar la torre (como aún se puede observar) con ladrillos y piedras, como consecuencia de la humedad proveniente del agua acumulada en el foso abierto.
La última forma un alfiz, por debajo del cual hay dos jarrones con flores (señal de que el templo es dedicado a la Virgen).
El total de la portada está enmarcado por dos pilares que rematan en pináculos.
La puerta, que está adornada con clavos, y su cancel son del siglo XVIII.
Del mismo estilo hispano flamenco, en ella se repite la decoración con bolas.
En este caso el arco de la puerta es conopial con dos arquivoltas apoyadas en columnas.
En el interior, a la izquierda del cancel hay una pila de agua bendita
[6] Indudablemente se trata de un torreón defensivo ya que de los tres cuerpos en que se divide, solo hay huecos en el superior, aunque en el cuerpo del medio hay alguna aspillera.
[9] Actualmente se utiliza como campanario, así son visibles cuatro enormes campanas en la cara sur y oeste, y otras dos más pequeñas (llamadas Pascualejas) en la pared este (también hay una pequeña campana en una espadaña de ladrillo erigida encima de la capilla mayor).
[5] El suelo de la iglesia se utilizó, desde tiempo inmemorial y hasta principios del siglo XIX, como cementerio.
Una vez el cuerpo del enterrado se corrompía, los huesos que quedaban eran trasladados a una pequeña habitación (hoy desaparecida) construida en la plaza mayor, en el rincón que hace la capilla del Rosario con la mayor.
[15] El acceso a la capilla mayor se da también mediante un arco escarzano.
La razón de esta modificación la podemos buscar en que por aquel tiempo se construyó la sacristía, cegando el vano abierto en la pared izquierda.
La estructura de la capilla mayor fue profundamente reformada en los años 60 del siglo pasado: se amplió así el presbiterio, que antes estaba cerrado con una verja, y se construyó un nuevo altar de granito y dos nuevos ambones.
El resto de la nave central está cubierto por un gran artesonado mudéjar de par y nudillo del siglo XVI que fue restaurado a finales del siglo pasado.
Los alfarjes, de estilo mudéjar, están decorados por un conjunto de mocárabes (ocho en la parte central y cinco en el lateral), flores y formas geométricas (utilizándose una figura similar a la del artesonado).
A la sacristía se accede desde la capilla mayor y fue edificada en el siglo XVIII.
[11] Hay otros cuadros (como un relicario y un retrato que fueron donados por el Cardenal Cuesta) y también algunas tallas pequeñas que representan a san Sebastián, san Blas, santa Teresa de Jesús o la Inmaculada Concepción.
En su parte más alta se observa el anagrama mariano y en varios lugares aparecen jarrones de azucenas y rosas, así como la representación del sol y la luna (que evoca el pasaje recogido en el capítulo 12 del Apocalipsis), todos ellos símbolos de María.
Tiene este retablo barroco, al igual que el mayor, un Sagrario en su parte central.
Se utiliza este retablo durante la Semana Santa para colocar el monumento.
Dedicado a la Pasión, en lo más alto del retablo se observan los tres clavos característicos y, además, en el ático hay un lienzo oscuro en el que se representa al Ecce Homo y otras dos personas.
Dicha advocación gozó de gran aceptación entre los macoteranos; pocos años después, en 1949, se erigió en el cerro donde está recostada la población, un monumento también dedicado al Corazón de Jesús.
Actualmente, se celebra todos los años su fiesta con mayordomía y procesión por las calles de la villa.
El retablo está formado por una pequeña predela, un gran cuerpo central y un ático.
Las calles del cuerpo central están separadas por cuatro columnas decoradas con motivos renacentistas.
A la izquierda de este retablo hay una imagen de escayola que representa a san Isidro Labrador y fue donada por el Sindicato Católico (hoy Cooperativa Agrícola San Isidro).
Es representado vestido como labrador medieval, con la mano derecha sujeta una pala y la izquierda la tiene apoyada en el pecho.