Microlengua

A veces, estos hablantes están completamente desconectados de la lengua estándar propia del país habitado.

En el caso especial de los kiliwa, en la década de 1970 se documentó un proceso que se dio en llamar suicidio étnico, consistente en que los miembros del grupo habían decidido no seguirse reproduciendo biológica y socialmente.

[3]​ Claro que se trataba de un proceso inconsciente para el grupo y percibido para el antropólogo que realizó la etnografía.

Las microlenguas tienen una dinámica especialísima, y acerca de esta y su significado ha reflexionado Gregorio Salvador, que no les es precisamente favorable:[4]​

Se indican por regiones y número de sus hablantes.