En la mitología maya, Huracán (del quiché: Jun Raqan ‘una [sola] pierna’‘jun, uno; raqan, pierna’) fue el dios del fuego, viento y de las tormentas.
Es representado como un ser con cola de serpiente y también de aspecto reptiloide, porta un objeto humeante (posiblemente una antorcha) y una gran corona.
Con su única pierna, recorría distancias enormes en poco tiempo.
De su nombre proviene la palabra huracán que designa al fenómeno meteorológico.
Huracán había enviado El Gran Diluvio maya, un diluvio universal, enviado para destruir a los hombres de madera que habían enfurecido a los dioses.