[3] El ingeniero encargado del proyecto fue José Eugenio Ribera.
El siniestro produjo la indignación entre la clases populares, que, influidos por la prensa madrileña como El Liberal señalaron como culpable de la tragedia a los recortes del contratista en detrimento de la seguridad de los trabajadores.
[6] Encausados el ingeniero José Eugenio Ribera (Melquíades Álvarez sería su abogado, mientras que José Echegaray intervino como perito de la defensa),[7] Alfredo Álvarez Cascos y Carlos Santamaría, el juicio tuvo lugar dos años más tarde, en 1907.
[8] Se acabaría absolviendo a los tres procesados.
[9] Antonio Burgos Núñez sostiene que entre los errores que condujeron al siniestro se encontraron la falta de arriostramientos transversales en el proyecto, cierta precipitación en el concurso de adjudicación, y la retirada de tierra de las bóvedas durante las pruebas de resistencia, exponiendo al hormigón a efectos térmicos.