Data probablemente del siglo XVII a juzgar por sus características arquitectónicas.
Como tal humilladero se construyó en la bifurcación del camino que por el norte conduce a Valdestillas y Valladolid y por su izquierda hacia Serrada.
Estos humilladeros solían estar en lugares estratégicos que daban información sobre los caminos más importantes de entrada o salida de caminantes que al pasar junto a ellos hacían la señal de la cruz y rezaban una simple jaculatoria.
A lo largo del tiempo la población creció considerablemente envolviendo al edificio y los propios viajeros olvidaron sus costumbres por lo que el humilladero perdió su significado y cometido.
En el siglo XIX se ubicó el cementerio a su costado y pasó a ser la capilla del mismo hasta que se construyó el nuevo cementerio municipal al sur de la población.