Hugo Simberg

Durante esos años exhibió varios trabajos en las exhibiciones otoñales de artistas finlandeses, incluidos Otoño, Escarcha, El diablo tocando música y La tía Alexandra, los cuales fueron bien recibidos.

Su biógrafa, Helena Ruuska, sospecha que luchó con una enfermedad desconocida, probablemente sífilis, durante mucho tiempo.

[1]​ Sus pinturas ponen énfasis, predominantemente, en tópicos sobrenaturales y macabros.

Un buen ejemplo es Koulema kuuntele (La Muerte escucha), donde representa a la muerte personificada por un esqueleto que usa un abrigo negro, escuchando con la cabeza inclinada cómo un joven toca el violín; en el fondo esta una anciana acostada en una cama, con aspecto de enferma.

Con esto se sugiere que la muerte está ahí para llevarse a la anciana, pero espera a que el joven, quizá el hijo de la anciana, concluya su pieza de violín.