Huelgas ferroviarias de 1950 y 1951 en Argentina

[2]​[7]​ El 14 de diciembre iniciaron una nueva huelga; la Unión Ferroviaria fue intervenida por la Confederación General del Trabajo y quienes estaban a cargo de la intervención, que eran ajenas al gremio ferroviario,[8]​[6]​[9]​ se negaron a normalizar las filiales como pedían los huelguistas en tanto se continuaron los despidos.[2]​ El 20 de diciembre las partes llegaron a un nuevo acuerdo, que restituía la escala del convenio anterior y respecto del salario familiar lo disponía para esposa e hijos hasta los 15 años de edad.Las autoridades gubernamentales rechazaron de plano la medida y declararon la ilegalidad del paro.Los más afectados por estas discrepancias resultaron ser los bancarios, trabajadores del azúcar, ferroviarios y gráficos.En 1948 se creó la empresa estatal Ferrocarriles Argentinos, que pasó a controlar la red ferroviaria del país.Por otra parte, para entender las causas del conflicto se debe atender a los principales actores sociales implicados en el mismo.Esta fue acusada de complot y sabotaje al gobierno, siendo así desestimadas las demandas, pese a que en ella participaban muchos militantes peronistas.[15]​[2]​ El gobierno atacó a los huelguistas llamándoles “traidores al servicio de interese foráneos[16]​ y Perón afirmó que la huelga había sido obra de “mil o dos mil agitadores y 148000 hombres confundidos”.La Unión Ferroviaria, apenas iniciado el conflicto, lo rechaza por considerar que se trataba de una acción desestabilizadora contra el gobierno protagonizada por sectores antiperonistas, por lo cual exhortó a los trabajadores a retornar inmediatamente sus puestos.[18]​ Para fines de noviembre el reclamo no se agotaba en aumentos salariales.Entraron en juego luchas políticas en lo concerniente a la autonomía gremial, la cual se consideraba en peligro al mantenerse desde la dirigencia una postura abiertamente favorable al gobierno, y desatenta a las demandas de las bases.Por su parte los trabajadores decidieron discutir en reuniones clandestinas para organizarse, pero las mismas solían ser desarmadas por la Unión Ferroviaria con ayuda de la policía.Sin embargo esta comisión no logra conquistar la confianza de los trabajadores, quienes decidieron llevar a cabo las negociaciones por sus medios.[19]​ También miembros de la Unión Ferroviaria se reunieron con Eva Perón, donde trataron a fondo las causas del conflicto y las posibles soluciones inmediatas al mismo.El encuentro pautado terminó en un desorden social apaciguado a partir de la represión policial y del ejército.Durante las semanas siguientes el conflicto entró en una etapa donde no había avances de ningún tipo.Las autoridades gubernamentales rechazaron de plano la medida y declararon la ilegalidad del paro.El avance de los derechos y beneficios sociales encontraron un claro límite en un sistema económico que continuaba respondiendo al capitalismo.El período 1950/1951 dejó en claro que la instalación del peronismo no supuso la desmovilización obrera.
Eva Duarte de Perón