Documentación más concreta es la procedente del experimento ordenado por Federico II de Hohenstaufen; éste, imbuido de la tradición militarista que caracterizaba a su linaje, pretendió formar perfectos soldados y para esto opinó que no debían tener ningún afeminamiento o sentimiento de compasión; para prevenir tal afeminamiento creyó que la solución era criar a los niños, desde el parto, sin ningún estímulo afectivo benigno.
Es así que Federico II hizo construir una maternidad cuyo edificio parecía perfecto en cuanto a la higiene material.
El resultado de tal experimento es que todos los bebés fallecieron en pocas semanas.
La explicación dada entonces para el deceso masivo fue la existencia de una epidemia pese a la absoluta asepsia del lugar.
Más de seis siglos después Spitz descubrió el motivo real, que como ya se ha dicho era la ausencia de estimulación benigna para los niños pequeños.