Nacido en 1552 en Valladolid, estuvo muchos años trabajando en el ámbito de los conventos, en Salamanca primero y en Toledo después, y pasó los últimos veinte años de su vida en Madrid, a instancias del rey Felipe III, que solicitó que fuera trasladado a la Corte.Comenzó a recoger mendigos acogiéndolos en una casa propiedad del presbítero Pedro Fernández Navarrete, originando lo que posteriormente se convertiría en el Hospicio general de pobres del Ave María.El ayuntamiento había adquirido el edificio y ordenado una profunda restauración al arquitecto Luis Bellido, con el objeto de albergar dicha muestra.Estípites, óculos y rocallas generan el ritmo ondulatorio y ascensional que conduce la mirada hasta la hornacina en que se erige la escultura de San Fernando.Esta fachada parece una monumental escultura que busca un efecto escenográfico y se integra eficazmente en el tejido urbano.
Vista del inmueble a mediados de la década de 1910.