Nacido en la localidad malagueña de Torremolinos en 1838,[a] estudió en Cádiz, donde entró en contacto con el mundo artístico a través de Serafín Martínez del Rincón.
[5] En una crítica de 1892 en La Ilustración Católica, se afirma que «ni mereció la reputación con que pudo ufanarse algunos años, ni el posterior e implacable olvido».
[8] Se le ha llegado a calificar como «el pintor de las tórtolas»[9] o «el pintor de los pájaros y las flores».
[3] Cultivó distintas temáticas: retratos de jóvenes damas, naturaleza muerta o aves.
Entre sus obras se encuentran La corde sensible, Manrique, Leonora, Aves de amor, Rosas, ¡Amor... Alegría... flores de un día!, un retrato de Alejandro Pidal y Mon de 1888,[3] La hechicera, El champagne, La manzanilla, Después de la guerra, Julieta y Romeo o Él y Ella, El sueño del estudiante, Opiniones contrarias, Una emboscada, Una moraga, El lector de la fe.