Allí Honoria conoció al obispo Thomas-Louis Connolly y se vinculó a las obras de caridad que este había iniciado en favor de los inmigrantes irlandeses.
[2] En 1854 se desató en la ciudad una peste de cólera, dejando a muchos niños huérfanos.
Ese día profesaron las primeras cuatro religiosas, entre ellas Honoria, quien cambió su nombre por el de madre Mary Vicent.
A partir de entonces fue nombrada madre general del nuevo instituto, cargo que desempeñó hasta 1862.
En este tiempo destacó como defensora de la educación católica en Canadá.