Homo homini lupus

[5]​ Erasmo incluyó el proverbio en su Adagia, escribiendo la variación de Plauto, "Aquí se nos advierte que no nos confiemos a una persona desconocida, sino que tengamos cuidado con él como con un lobo".

[6]​ Fue popularizada por Thomas Hobbes, filósofo inglés del siglo XVII, quién la adaptó en su obra De Cive.

Sigmund Freud estuvo de acuerdo con el proverbio, escribiendo en su Civilización y sus descontentos: "Los hombres no son criaturas amables, que quieren ser amadas, que a lo sumo pueden defenderse si son atacadas; son, por el contrario, criaturas entre cuyas dotes instintivas se debe contar con una parte poderosa de la agresividad.

Como resultado, su prójimo es para ellos no sólo un ayudante potencial u objeto sexual, sino también alguien que los tienta a satisfacer su agresividad, a explotar su capacidad de trabajo sin compensación, utilizarlo sexualmente sin su consentimiento, apoderarse de sus bienes, humillarlo, causarle dolor, torturarlo y matarlo.

Pero lo que es peor, el dicho niega la naturaleza inherentemente social de nuestra propia especie".

Maximilian Pirner pintó Homo homini lupus en 1901. Es una sátira alegórica, que muestra una figura alada, que representa la imaginación , siendo crucificada por monos ante una multitud de otras bestias. [ 1 ]