Hipona[1] fue una mujer griega nombrada en el siglo I d. C. por el autor latino Valerio Máximo como ejemplo de castidad.Según Valerio Máximo, allí se construyó una tumba en su honor.[3] Valerio Máximo sirvió como fuente para el relato más elaborado de Boccaccio sobre Hipona.Dice que después de lanzarse al mar, el cuerpo de Hipona fue arrastrado a la costa de Eritras, donde los habitantes la enterraron pensando que era la víctima de algún naufragio, pero que su nombre y la causa de su muerte fueron más tarde revelados por sus enemigos, por lo que los pobladores le construyeron una tumba mucho más grande y duradera como monumento conmemorativo.Boccaccio mismo alabó la conducta de Hipona, remarcando que salvó su castidad por el precio de quizás unos cuantos años más de vida pero obtuvo con su muerte prematura el honor eterno.