Hipercomputación
Los hiperordenadores computan funciones que una máquina de Turing no puede y que, por tanto, no son computables en el sentido de Church-Turing.[1] Este trabajo investigaba sistemas matemáticos en los que se disponía de un oráculo que podía calcular una única función arbitraria (no recursiva) de naturales a naturales.Utilizó este dispositivo para demostrar que, incluso en esos sistemas más potentes, la indecidibilidad sigue presente.Otras permiten acceder a algún nivel superior de la jerarquía aritmética.Gold demostró además que la recursividad parcial limitadora permitiría calcular precisamente el grado deMartin Davis, en sus escritos sobre hipercomputación,[14] se refiere a este tema como «un mito» y ofrece argumentos contrarios a la realizabilidad física de la hipercomputación.En su argumentación, hace la observación de que toda hipercomputabilidad es poco más que: «si se permiten entradas no computables, entonces son alcanzables salidas no computables».