[2] El himno adopta el poema El canto del antioqueño, escrito y publicado por el maestro Epifanio Mejía en 1868.
El hacha que mis mayores me dejaron por herencia, la quiero porque a sus golpes libres acentos resuenan.
Forjen déspotas tiranos, largas y duras cadenas para el esclavo que humilde, sus pies de rodillas besa
Yo que nací altivo y libre sobre una sierra antioqueña ¡Llevó el hierro entre las manos, porque en el cuello me pesa!
Muchachos, le digo a todos los vecinos de las selvas la corneta está sonando... ¡tiranos hay en la sierra!
Perdonamos al rendido porque también hay nobleza y en los bravos corazones que nutren las viejas selvas.
Bajamos cantando al valle porque el corazón se alegra; porque siempre arranca gritos la vista de nuestra tierra.
Ladran alegres los perros detrás de las arboledas el corazón oprimido del gozo palpita y tiembla... (Coro)