Fundó el Instituto Brasileño con su colega Apolinário Porto-Alegre.
También fue, durante un breve período, profesor de dibujo en la Escuela Normal.
Abandonó su puesto para realizar otro viaje de promoción de sus libros en Brasil donde dio conferencias en escuelas y expuso sus ideas sobre la educación.
Durante este tiempo, a principios de 1886, reunió material para escribir Brasil Pittoresco, una obra ilustrada sobre el país.
Murió poco después, cuando ya preparaba un nuevo libro, Manuscripto Brazileiro. Su nombre bautiza una calle de Porto Alegre.