Hijo de Dios (película)

Caifás, el jefe de los fariseos, teme su presencia y que la ciudad, ya próxima a la rebelión contra los opresores romanos mandados por Poncio Pilato, el gobernador romano, vaya a agitarse todavía más.

Este ya ha advertido a Caifás que si hay algún problema con los judíos cerrará el Templo, cancelando así la Pascua.

Los fariseos toman esto como un plan para destruir el Templo, y deciden que Jesús debe ser detenido.

Caifás ordena un juicio inmediato, aunque sea tarde en la noche y no en público, que son violaciones de la ley judía.

Teme que una prueba abierta en la Pascua cause problemas, y Pilato cierre el templo.

Esto es todo lo que los fariseos necesitan escuchar, e inmediatamente lo encuentran culpable de blasfemia.

Esa mañana, ante una creciente multitud, Caifás anuncia la culpa de Jesús y revela que la pena por blasfemia es la muerte.

Judas, horrorizado por lo que ha hecho, arroja la plata a los fariseos y sale corriendo; más tarde se cuelga.

Al temer una revuelta entre la gente hostil, Pilato ordena la crucifixión, luego literalmente se lava las manos de la situación.

Luego lo bajan de la cruz y lo colocan en una tumba, que se sella con una roca grande.

María va al escondite de los discípulos y les dice las buenas nuevas, pero no le creen.

Jesús entonces se les aparece, y todos ahora creen, excepto "Dudar" de Tomás.

Sin embargo, la película no incluye escenas con Satanás (interpretado por Mohamed Mehdi Ouazanni) debido a una controversia de la serie que se cobró el actor se parecía al presidente de Estados Unidos, Barack Obama.

El parecido fue señalada por primera vez sobre todo por Glenn Beck antes del estreno de ese episodio.