En 1846 fallece el Padre Fundador, y cinco años después (en 1853) la Iglesia Católica Diocesana reconoce oficialmente a la institución.
En 1856 comienza por medio de ocho religiosas gianellinas la expansión hacia el continente americano, llegando al puerto del Montevideo, Uruguay.
En este reconocimiento se otorga un nuevo impulso a la Institución, y en 1856, ocho religiosas gianellinas expanden la obra de Gianelli hacia el continente americano, llegando ese año a Montevideo, Uruguay, por gestión del vicario apostólico José Benito Lamas.
Las hijas de María Santísima del Huerto se expandieron por 13 países entre los que se encontraba Jordania, del cual se retiraron recientemente debido a la inestabilidad del lugar y a la dificultad de llevar adelante su obra por la falta de recursos humanos, quedando actualmente la congregación presente en 12 países.
Magnasco acompañó al Padre Fernández hasta la casa de las hermanas y allí se entrevistó con la madre superiora, Catalina Podestá, quien recibió con entusiasmo la propuesta.
Apenas ingresaron en el hospital, las hermanas hicieron levantar un altar consagrado a la Virgen del Huerto.
La acogida que recibieron en la capital argentina no fue inferior a la de Montevideo.
Las hermanas atravesaron momentos muy duros; nuevas costumbres, noches sin dormir, sin descanso, grandes privaciones, fatigas, etc., pero de todo ese penoso trabajo ellas pudieron recoger grandes frutos; ya que los que salieron del hospital lo hicieron bien instruidos en Religión y en paz con Dios, por haber podido recibir con los Santos Sacramentos; y también muy agradecidos con las hermanas.
Éste comenta que una chica africana de Zaire quería ser religiosa.
Visitaron también a los familiares de las novicias y postulantes que se encontraban en Roma.
Visitaron a los Hermanos Maristas, quienes les fueron a saludar al vicario de Santa Ana, éste les pidió que se quedaran para fundar un colegio en aquella ciudad, pues no había ninguno de religiosas.
Primero es en Marianapolis, en la diócesis de Norwich; después en Middletown, en New Haven y por último Staten Island (Nueva York) .
UU. remonta a una época más antigua; parece que fue llevado por emigrantes chiavarenses.
Aún no teniendo en disposición tantos documentos gianellinos en lengua inglesa, la incultura del carisma en el ambiente, tratando de vivir concretamente cada día.
En 1949, seis hermanas parten desde Buenos Aires a Guriezo (Cantabria), donde abren una escuela, la cual fue su primera obra en este país.
Más tarde es el turno de Pamplona (Navarra), donde, anexa al colegio y la casa provincial, fue construida una hermosa iglesia llamada Nuestra Señora del Huerto, en el conocido barrio de San Juan, siendo en la actualidad una parroquia muy frecuentada por los fieles.
Este sanatorio perteneciente al Patronato Nacional Antituberculoso se inauguró en mayo de 1954.
Ellas llegaron un tiempo después y estuvieron allí hasta la clausura del sanatorio en noviembre de 1963.
Fue el 5.º país en América donde las FMH llegaron para ejercer la misión junto aquel pueblo con fuertes raíces indígenas, heredero de una evangelización desarrollada por los jesuitas del Siglo XVII.
Las hermanas visitaron las dependencias del dispensario anexo al ministerio, y entre la satisfacción general, iniciaron los preparativos para la inauguración oficial.
La provincia de Córdoba envía al Capítulo General una sugerencia para una nueva fundación en Bolivia.
La Madre Provincial Teresa Blanchoud deja a un lado la idea de una obra en Bolivia.
A fines de 1999 se espera el nuevo milenio y el gran jubileo.
El mismo año, en agosto se retiraron las Hermanas del Hospital San Roque de Córdoba y esto abrió nuevos caminos.
En el mismo mes, el Obispo de Potosí ( Monseñor Walter Pérez) envía un faz a la Madre Provincial para pedir tres religiosas para el hospital “Daniel Brancamonte”.
Es una ciudad con temperaturas bastante frías y se necesitan personas generosas dispuestas a afrontar las exigencias más evidentes del Evangelio.
Las Hermanas que actualmente están en esa ciudad son: Actualmente en Bolivia: En 1902, nueve Hermanas parten de Montevideo para asumir la obra del Santuario Hortus Conclusus que es Uruguayo- argentino, en Ortas (Israel) y atender el hospicio para huérfanas musulmanas.
La idea surgió del párroco Norberto Risciani oriundo de Nazaret, el cual pudo comprobar que muchos ancianos morían solos y abandonados.
Los fieles le ayudaron a conseguir el dinero necesario y la Juventud Antoniana asume directamente la responsabilidad.
A poca distancia también encontramos la gruta de los Pastores y el lugar donde nació Jesús.