Este hidróxido se conoce desde unos 5000 años a. C. pero posiblemente los alquimistas fueron los primeros en fabricarlo.
Ya en los siglos XVII y XVIII se producía a escala industrial para ser usado en pigmentos como el azul verdoso y el verde de Bremen.
Un producto más puro se obtiene añadiendo cloruro de amonio a la solución.
"[5] Como fungicida como alternativa al Caldo bordelés y nematicida.
Se usa como reactivo de laboratorio como catalizador y agente oxidante.