[2] La hibridación de energías renovables surge en los primeros años del siglo XXI, en un contexto económico, político y social marcado por la creciente conciencia sobre los impactos ambientales y económicos de la producción de energía basada en combustibles fósiles.
Para llevar a cabo esta expansión, resulta esencial disponer de puntos de conexión y acceso a la red eléctrica.
Esta combinación de tecnologías posibilita la producción de energía en momentos distintos, lo que a su vez incrementa la eficiencia y utilidad del sistema en su conjunto.
A medida que la energía solar y eólica se expanden en la primera década del siglo XXI, comienzan a combinarse diferentes fuentes de energía renovable con el objetivo de abordar el desafío producido por la intermitencia en la generación de energía.
El objetivo es crear una planta que garantice un ritmo constante de producción.