Son una especie comunal, pero se conocen casos de canibalismo y, si se capturan, pueden ser extremadamente violentos incluso con los de su propia especie.
En lugar de ser una toxina letal, el veneno del escorpión gigante es paralizante.
El veneno se destila en medicamentos contra varios tipos de microorganismos.
Presenta buenos resultados en ensayos de difusión en disco para Bacillus subtilis, Klebsiella pneumoniae, Pseudomonas aeruginosa y Staphylococcus aureus, entre otros.
Este escorpión se cultiva para el consumo humano como alimento novedoso en Vietnam.