Más tarde continuó su carrera en el mundo de la interpretación, haciendo también sus incursiones como cantante.
Llegó a España en 1942, para realizar un espectáculo musical, y se estableció en Barcelona desde 1945, al igual que otros tres miembros de su compañía de espectáculos Los Vieneses: Artur Kaps, Gustavo Re y Franz Johan.
Sus muñecos más famosos fueron La perrita Marilín, un caniche impertinente y respondón creado por Elvira de Loyzaga.
Otros muñecos que cobraron vida en sus manos fueron Pepito, la ratita Violeta y la tía Cristina.
Entre 1973 y 1976 actuó en el Scala Barcelona que dirigía su pareja Artur Kaps.