De estos hermanos, que lógicamente formaron la primera Junta de Gobierno, destaca el primer Hermano Mayor, Manuel Otaola Soto-Cañavate, cuya misión principal fue situar a la Cofradía en el panorama social y cofrade malagueño junto con otras cofradías de más antigüedad y arraigo popular.
Cristo del Amor el Viernes Santo de ese mismo año.
Tras este último, asume la mayordomía Alfredo Kluft y Amat (1930-1935), cuyos logros se encuentran entre los más significativos de nuestra historia.
De manera extraordinaria en nuestra Semana Santa, el Rey concedió su representación al propio Hermano Mayor, por lo que en la Semana Santa de 1931 desfiló un piquete del ejército detrás del Stmo.
Por primera vez, en un escapulario que lleva el Hermano Mayor como distintivo en dicha procesión, el escudo agustiniano se completa con la corona real.
La inestabilidad política y las tensiones sociales con las que se abre la década de los treinta, llevan a las cofradías malagueñas a una situación muy difícil de la que no será ajena la cofradía del Amor.
Entre ellos cabe destacar a Carlos Tomassetti Caritat, quien se llevó ambas efigies a su casa, que por motivos laborales se encontraba en el recinto del puerto de la ciudad, donde fueron escondidas tras un tabique hasta que estimaron los responsables de la Hermandad que el peligro había pasado y pudieron devolverlas a la Victoria, una vez cambió el signo políitico y se apaciguó la ola de anticlericalismo.
La imagen de Nuestra Señora de la Caridad, bendecida hacía apenas unos meses, fue destruida por las llamas, como sucedió con los enseres y el archivo, ya que el almacén donde se conservaban fue saqueado.
Esta Real Cofradía entra en una dinámica de reconstrucción en la que hay que señalar como aspecto fundamental su vinculación con organismos, instituciones y personajes del nuevo régimen, tal y como sucede en la práctica totalidad de las cofradías malagueñas en estos momentos de implantación del nuevo estado.
Así pues, aunque la Cofradía del Amor no estuvo vinculada a ninguna institución militar, sí mantuvo durante largo tiempo una intensa relación con instituciones civiles, entre las que destacan la Comisaría de Abastecimientos y Transportes, el Ministerio de Agricultura y, posteriormente, el I.N.I.
La intensa relación existente con las instituciones y cargos relevantes del Movimiento, se vieron reflejados en un impresionante y nunca igualado, hasta ahora, incremento del patrimonio de la cofradía.
También por este bordador, 8 paños de bocina, y 2 fantásticos estandartes bordados por ambos lados.
Los Sagrados Titulares son trasladados a la nueva sede en enero de 1949, quedando el Cristo del Amor y la Virgen de los Dolores instalados en el altar mayor, mientras Nuestra Señora de la Caridad ocupa un altar lateral.En la Capilla del Cistro del Amor, como empieza a denominarse al pequeño templo situado frente al Santuario de la Patrona, encuentra la Cofradía un espacio ideal para desarrollar una gran actividad en lo que a cultos se refiere.
Ante ese caso D. Alfonso Sell decide que, para no interrumpir el transcurso normal de las procesiones, se espere que pasen las demás cofradías y volver por el recorrido más corto.
En 1972, por orden del Capitán General de la Región Militar, la cofradía tiene que abandonar la Capilla Castrense debido a la situación ruinosa en la que se encuentra parte del edificio, por lo cual regresa a la Iglesia de la Victoria para ocupar esta vez los dos altares situados bajo el coro del templo.
Restaurada por Mª Carmen García (2003) Metal plateado con inscripciones del Libro de las Lamentaciones.
En la base de la macolla se sitúan dos ángeles que portan en sus manos el lema del ejercicio 2005-2006 de la Cofradía del Amor y la Caridad, la frase de San Agustín, “Cor unum in deum” (un solo corazón en Dios), así como la antífona “Ubi Caritas et Amor, Deus ibi est”.
La pieza se caracteriza por una cenefa o greca que se extiende por todo el contorno del guion, dejando su parte interior para un trono vestal que arranca de un jarrón.
La corona alude al título de “Real” concedido por Alfonso XIII en 1930.