Pese a haber nacido en el seno de una familia beisbolera, Márquez tuvo desde tempana edad una marcada inclinación hacia el fútbol, disciplina en la que se caracterizó por ser uno de los mejores cabeceadores del país en su tiempo, a lo que ayudaba su alta estatura, siendo también fuerte físicamente y hábil en las llegadas.
El director técnico del Portugués, Rafael Santana, notó sus habilidades en dicho encuentro y lo fichó formalmente para su equipo.
[1] En 1986 fue transferido al Marítimo de Venezuela, con el que jugó por toda la temporada.
En esa ocasión marcó 21 goles, siendo otra vez el máximo anotador de la liga.
Ese mismo año volvió a integrar la nómina venezolana para la Copa América 1989, jugando los cuatro partidos, dos de los cuales entrando como sustituto.