Henry Bessemer

Luego copió y mejoró el producto, desarrollándolo para que pudiera fabricarse en una línea de producción simple.

El proceso se mantuvo en secreto, y solo los miembros de su familia inmediata tenían acceso a la fábrica.

También patentó un método para hacer una cinta continua de vidrio plano en 1848, aunque no tuvo éxito comercial (véase su autobiografía, capítulo 8).

Las estructuras de hierro forjado eran mucho más fiables, y experimentaron muy pocos fallos.

Aunque este proceso ya no se usa comercialmente, en el momento de su invención tenía una enorme importancia industrial porque reducía el costo de producción del acero, lo que llevó a que este material sustituyera ampliamente a la fundición de hierro y al hierro forjado.

estaba vendiendo su metal a un precio inferior de entre 10 y 15 libras esterlinas la tonelada.

Este argumento económico surtió efecto rápidamente, y se solicitaron licencias en tal cantidad que, en derechos por el uso de su proceso, Bessemer recibió una suma que superó considerablemente el millón de libras esterlinas.

[15]​ Desde alrededor de 1865 explotó otra acería en Greenwich, Londres, junto al río Támesis.

En ese año su hija de 16 años, Mary, viajó sola a Londres para hablar con Bessemer en sus oficinas, argumentando que su éxito se basaba en los resultados del trabajo de su padre.

Lord afirmó con respecto a este éxito que "Sir Henry Bessemer fue algo excepcional.

[14]​ Bessemer fue un inventor prolífico y poseía al menos 129 patentes, que abarcan desde 1838 hasta 1883.

Construyó un horno solar y un telescopio astronómico para su propia diversión; y desarrolló un conjunto de máquinas para pulir diamantes que contribuyeron a restablecer este comercio en Londres.

En 2003, Bessemer fue designado entre los 10 innovadores tecnológicos más importantes en el libro Logros humanos: la búsqueda de la excelencia en las artes y las ciencias, 800 a.C.

Que un hombre que hizo tanto por el desarrollo industrial no recibiera mayor reconocimiento de su propio gobierno fue motivo de profundo pesar para los ingenieros ingleses, quienes aludieron al hecho de que en Estados Unidos, donde el proceso Bessemer encontró mucha utilidad, ocho ciudades o pueblos llevaron su nombre.

Convertidor Bessemer
Convertidor Bessemer en el Museo de Kelham Island en Sheffield (2010)
Caricatura de Bessemer por Leslie Ward en Vanity Fair , 6 de noviembre de 1880
Lápida de Sir Henry Bessemer, cementerio de West Norwood