Un episodio aislado suele considerarse benigno y no es probable que esté asociado a una neoplasia maligna.
La hematospermia recurrente puede indicar una patología subyacente más grave, sobre todo en pacientes mayores de 40 años.
Entre los patógenos implicados se encuentran: bacterias Gram negativas (a menudo E. coli), gonococos, T. pallidum, C. trachomatis, N. gonorrhoeae, equinococos (raramente), VHS tipo 1 o 2 y VPH.
La enfermedad también puede estar causada en raras ocasiones por algunas infecciones sistémicas crónicas como la tuberculosis o la esquistosomiasis.
[4][5] Las afecciones sistémicas como la hipertensión maligna, la disfunción hepática o los trastornos hemorrágicos y la amiloidosis pueden presentar a veces hematospermia como síntoma.