La confirmación definitiva tuvo lugar en la reunión anual del COI de 1937, que se celebró en Varsovia (Polonia).
[2] Aunque Japón ya había preparado el calendario, el país se vio obligado a renunciar a los Juegos Olímpicos de Tokio y Sapporo por el desarrollo de la segunda guerra sino-japonesa, que estalló en 1937.
Johan Wilhelm Rangell jugó un papel importante en la elección, gracias a sus conexiones con el COI.
En menos de dos años, la nueva sede tenía que ampliar la capacidad hotelera para dar cabida a las aproximadamente 160.000 personas que podían acudir, y por la falta de tiempo se sugirieron medidas alternativas, como alojamiento en casas particulares ofrecidas por voluntarios.
[3] Además, se construiría una Villa Olímpica en las inmediaciones de Helsinki, que más tarde podría ser reutilizada.
Helsinki contemplaba la introducción del vuelo sin motor como disciplina olímpica, algo que nunca se llevó a cabo.